¿Qué es el coaching?

La Federación Internacional de Coaching (ICF, por sus siglas en inglés), define al coaching profesional como “un proceso de acompañamiento reflexivo y creativo con clientes que les inspira a maximizar su potencial personal y profesional”.

Esto que se expresa de manera tan técnica, es la síntesis precisa de lo que desarrollo en sesiones con clientes ya sea de manera individual como en grupos. 

Pensar al coaching como proceso, me lleva a una de las definiciones de la Real Academia Española (RAE) que considera al proceso como “la acción de ir hacia adelante” y es precisamente en ese “ir hacia adelante” el espacio desde donde los coaches iniciamos los procesos con los clientes, en esta relación colaborativa y co- creativa. Es partir desde el presente, desde lo que llamamos “estado actual” para transitar, hacia un espacio de no saber, hacia el “estado deseado”.

Estos momentos que parten del presente hacia un diseño de futuro, y desde ese observador de futuro, cliente y coach, comienzan a explorar las posibilidades, las herramientas y habilidades que disponibles para cumplir la meta deseada. El recorrido es desafiante puesto que, coach y cliente entran en una dinámica de exploración, creatividad y compromiso con el proceso. El coach por su parte despliega todas sus habilidades vinculadas a la escucha activa, las preguntas desafiantes, a un propósito, la posibilidad de generar un espacio de confianza y seguridad; por otro lado, el cliente expone su mundo interno, sus valores, sus creencias, su cultura, e identidad. ¿Entonces, por dónde empezar? Este proceso que se inicia se compara a una danza, donde cada una de las partes tiene que asumir su responsabilidad, estableciendo acuerdos que promuevan un espacio de crecimiento y aprendizaje. 

Etapa 1

Establecer y diseñar acuerdo del proceso de coaching

Este acuerdo es el inicio de la relación del coaching donde se esclarecen todas las dudas e inquietudes del cliente. Por un lado, existe el acuerdo del proceso, donde se establecen puntos específicos referidos a esclarecer qué es coaching, que no es coaching, las responsabilidades de las partes, la logística del proceso (tarifa, duración, confidencialidad) y la compatibilidad cliente- coach. Por otro lado, existe el acuerdo de cada sesión, que es el acuerdo donde se identifica el objetivo del encuentro, y se trabaja en función de este. Estos acuerdos pueden revisarse durante la sesión y al final de esta. Estos acuerdos son contratos que deberán quedar especificados y firmados por cada una de las partes. 

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¿Por qué es fundamental esta etapa?

Porque es aquí donde el coach respondiendo a su práctica ética y acatando el código de ética correspondiente, puede determinar si el proceso de coaching es viable respaldado en las distinciones entre coaching, consultoría, psicoterapia y otras profesiones de apoyo que puedan ser la opción correcta para el cliente según su necesidad. 

Es importante destacar que, no se puede solicitar coaching para una tercera persona, este es un proceso personal y debe ser una demanda realizada por el propio cliente. Muchas veces, llegan a las entrevistas con el coach profesional, personas que expresan el deseo de que sus parejas, hijos, amigos o familia, inicien el proceso. Debe entenderse que cada cliente debe ser consciente de lo que implica un proceso de coaching, debe asumir la responsabilidad y el compromiso de este, y esto no se logra cuando no existe la necesidad de la persona involucrada. Ocurre también en las empresas, donde el departamento de Recursos Humanos, como algunos líderes, recurren a solicitar coaching para sus empleados o equipos de trabajo, sin considerar primero, que esto debe surgir desde la necesidad y motivación de los individuos o equipos. 

Por último, quisiera mencionar la importancia de la confidencialidad en todo proceso de coaching, sobre todo cuando existe la figura del patrocinador, que es quien paga por el proceso de coaching, pero no forma parte de él, como es el caso de las empresas por mencionar algunos. En este caso específico, es fundamental que en el acuerdo se especifique y aclare que el proceso iniciado por los empleados y/o equipos es absolutamente confidencial, por lo cual, se deben pautar claramente las vías a través de las cuales se dará a conocer información sobre el proceso, su evolución y resultados finales. Es importante que el coach, considere y clarifique con cada organización, si existen normas específicas que debieran ser comunicadas a Recursos Humanos.